Hace una calor asfixiante. Yo me tiro encima de mi abuelo o, si está ya cansado de aguantarme esta tarde, me dice que me vaya al sillón y me advierte que me dará una colleja si lo lleno de helado. Se acerca la hora. No me lo puedo creer, es igual que la semana pasada, o que la otra, pero yo... ¡¡vuelvo a estar nervioso!! Salto al sillón y... el helado al suelo ¡¡pum!! -colleja-.
Ahora suena lo de siempre, como siempre y a la hora de siempre. Los mismos acordes, la misma voz varonil. Con un vocabulario rebuscado, casi rococó. Soy feliz. A lo mejor no veo la corrida entera porque en un ratito alguien vendrá y llamará a mi puerta para ir a tirar piedras a las farolas, o lo que encarte esta tarde, pero ahora soy feliz. Es un dia cualquiera, de no me acuerdo que mes, de mil novecientos noventa y no se qué.
A veces he intentado infructuosamente explicarte la grandeza de la fiesta. Es imposible. Es imposible porque la palabra grandeza no le llega a la suela del zapato a la fiesta; y esto, evidentemente, no puede mostrarlo, pero... ¿y si muy levemente reflejarlo?
Cuando la televisión de todos era de todos, había 4 o 5 o 6 citas ineludibles con las camaras de TVE. Estamos hablando de días señalados como la beneficencia, la extraordinaria de ASPRONA, el 12 de octubre -día de la raza, que tampoco sé porqué se cambió de nombre, con lo que me gusta-, el Corpus... Entonces todo empezaba con La puerta Grande, de Elvira Checa. Imagenes de la ciudad de turno desde un helicoptero, o desde una torre, que no todos los días podemos gastar en helicopteros. Y le sucedia el "muy buenas tardes señoras y señores y sean bienvenidos" inconfundible de Fernando Fernández Román. La emoción se disparaba. Solo cuando la cita era muy cita, aparecia una grandisima aficionada como es (era) Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, que dicho así uno piensa "debe ser alguien importante", pero igual no cae en que es la madre del Rey (otro gran aficionado, por cierto).
Ahora despeje de plaza y a ver toros. Por la pública. ¡¡Que tiempos!! Pero ¿que le voy a contar a usted? que veia por la tele a Robles y al Capea, que yo se lo he leido, ¿no?.
Post Scriptum; ¿sabía usted que el primer directo que hizo en su historia TVE fue una corrida de toros?