Aquí empezó todo. Aunque ya había confirmado la alternativa en el año 84, fue en este 1991 cuando el mundo entero conoce al colombiano Cesar Rincón.
Todos los aficionados recordamos aquella faena, al toro bastonito de Baltasar Iban. Un hombre que quería ser un grande en el olimpo de los Toreros, jugandose la vida sin trucos ni engaños...
Pero bastonito solo fue el principio. El colombiano ha sido protagonista de una carrera llena de logros y batallas superadas, incluida su gravisima enfermedad, que por poco nos lo quitó prematuramente, dignidad y humildad a raudales en un torero que mañana domingo, se enfundará su último vestido de torear, despues de atravesar la puerta grande venteña en nada menos que 7 ocasiones.
Será esta despedida en donde debía de ser. Después de decir adios a las plazas españolas, se despedirá en su casa, en la Santa María de Bogotá, en un mano a mano con una de las mayores figuras de la historia del toreo, el maestro Enrique Ponce.
Ante el toreo de "pierna atrás", de no enganchar alante, de perfil y de fuera de cacho, ante el toreo que tenemos que soportar en muchisimas ocasiones, ante todo esto, siempre estará la figura de Rincón.
Que te vaya bien, torero.
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